Playing the piano at a concert

Elisha Mapuli

Elisha ( Tanzania Tanzania )

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Tocar el piano en un concierto – El momento de la piel de gallina de Eliseo

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(vídeo de texto)


“¡Hola a todos! Mi nombre es Elisha Mapuli de Tanzania y estoy aquí para compartir mi momento de piel de gallina. Mi momento de piel de gallina fue cuando toqué el piano por primera vez en un concierto. Recuerdo que fue un concierto en vivo aquí en nuestra ciudad. Se suponía que íbamos a tocar una canción en particular. Era muy tímido para interpretar esa canción frente a la mayoría de la gente. Recuerdo que las personas que asistieron a ese concierto fueron alrededor de 1000. Yo era muy tímido para interpretar esa canción. Recuerdo que mi hermana Jane se me acercó y me dijo que tienes que ser fuerte, tienes que ser un hombre, eres bueno en el piano. Así que me animó a interpretar esa canción y recuerdo que la interpretamos muy bien y la gente nos elogió porque la canción era muy buena. Así que ese fue mi momento de piel de gallina. ¡Gracias!”.

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La satisfacción de tocar el piano

La música es una parte esencial de lo que nos hace humanos. Hacer música, en cualquier forma que adopte, cantar, silbar o tamborilear con los dedos sobre la mesa es inevitable en algún momento del día para casi cualquiera de nosotros. Aunque no siempre estemos conscientes en algún momento del día estamos haciendo algún sonido cercano a la música.

Partiendo de esto, tocar un instrumento como el piano aumenta las posibilidades de expresión. Te permite acceder a la música que otros han creado e interpretarla por ti mismo con tu propia forma de sentirla. Esa satisfacción vale el esfuerzo que cuesta alcanzar un buen nivel instrumental y pone la piel de gallina a más de uno.

¿Tocar el piano nos hace más inteligentes?

Lo cierto es que si nos detenemos a pensarlo, podríamos considerar que un instrumento tan exigente intelectual y personalmente como el piano podría tener ese tipo de potencia.

Sin embargo, en ningún caso la mejora de la inteligencia es el principal motivo para aprender a tocar el piano o la música. Generalmente, aprendemos a tocar el piano por su belleza y por la pasión que nos despiertan las composiciones pianísticas.

Después de todo, si el instrumento de cuerda pulsada tiene la capacidad de aumentar nuestro coeficiente intelectual o nuestras habilidades cognitivas, esa es una razón más para aprender piano, ¿no es así?

Se han realizado numerosos estudios para probar este fenómeno, empezando por el famoso “efecto Mozart”.

¿Qué ve un pianista cuando toca el piano?

¿Alguna vez te has preguntado cómo se las arreglan los pianistas para tocar la tecla correcta con el dedo correcto en el momento correcto?

Un piano moderno tiene 88 teclas. Dominar cualquier instrumento requiere consolidar la memoria muscular. Sin embargo, los teclados son tan grandes que aun así, la vista tiende a intervenir para guiar las manos.

Los numerosos beneficios de hacer música

El cerebro libera dopamina, un neurotransmisor asociado con el placer, no solo cuando una persona escucha música que le agrada, sino incluso cuando sabe que la escuchará en un futuro cercano. Además, la exposición a la música contribuye a bajar la ansiedad y mejora el ritmo cardíaco y el estado de ánimo, entre otros beneficios. Como resultado, la música se utiliza cada vez más como herramienta terapéutica.

Pero si escuchar música tiene efectos positivos, hacer música, es decir, tocar un instrumento, los tiene aún más. Cuando alguien toca un instrumento, no solo está escuchando música, sino que también pone su mente y su cuerpo en acción, por lo que esta práctica se convierte en un entrenamiento en múltiples sentidos. En particular, un nivel cerebral.

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